Aunque la forma trágica como murió don Alberto de Zela y Neyra, era un aporte exclusivo de Belisario Gómez, hasta la publicación de Gálvez, inclusive, la fecha de fallecimiento de era desconocida porque, según confiesa el referido autor, no existe “dato alguno en los archivos de Lima” limitándose a reproducir lo referido por Gómez y a manifestar que estas informaciones “no tienen comprobación alguna, y sólo puede afirmarse que don Alberto no dejó fortuna alguna en dinero y que su muerte ocurrió antes del año 1792”. Como más adelante se expondrá, existen otras fuentes sobre el accidente que terminó con la vida de don Alberto y de la fecha de su muerte.
Refería Gómez que don Alberto de Zela y Neyra murió “en Tacna de una manera casual. Estando de visita en casa del Cacique se suscitó entre los dos una ligera disputa, pretendiendo cada uno tener una escopeta de mejor calidad que la del otro, y para solucionarla mandó don Alberto trajeran de su casa la suya. El Cacique teniendo la certidumbre de que ésta estaba descargada, según lo aseguraba su dueño, la preparó y llevando la chanza adelante, apuntó a su amigo y en breve se oyó una detonación y las sombras de la muerte cubrieron para siempre los ojos de (don) Alberto”.
Creyendo que el arma estaba descargada el Cacique Toribio Ara disparó a don Alberto de Zela y Neyra, quien cayó mortalmente herido.
Mientras Gálvez, reproduce fielmente a Gómez en lo que corresponde al fatal accidente, Cúneo, que en su propósito de fijar la fecha, escribe que, don “Alberto murió trágicamente el 18 de setiembre de 1792, en las circunstancias referidas por José Belisario Gómez en su Coloniaje”, aunque con su extraordinario estilo, dramatiza el luctuoso suceso que terminó con la vida del laborioso balanzario. Relata Cúneo, como, oída la detonación don “Alberto se desplomó mortalmente herido (...) (y que, al momento) de expirar dictó sus últimas disposiciones a presencia del escribano público don Francisco Enrique Portales”. Seiner, con más prudencia, no señala el día del fallecimiento de don Alberto, concretándose a manifestar que en “setiembre de ese año encontró trágica muerte a manos del cacique de Tacna, don Toribio Ara, quien casualmente disparó su arma contra él”.
Lo cierto es que el referido Zela no testó poco antes de expirar ni al momento de ser herido, ni murió el mismo 18, día del accidente. Información localizada en el Archivo Nacional de Chile amplía el panorama.
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